Qué hubiéramos sido si hubiéramos podido ser en toda nuestra plenitud? Se pregunta Víctor Heredia en el Taki Ongoy, himno de reivindicación de nuestra condición de hermanos, sobrevivientes de varios genocidios.
Jamás lo
sabremos, pero si sabemos
que somos
el resultado de
las
batallas
de
resistencia contra esos genocidios, que no cesan.
Contra el
primero y fundacional,
el que cometieron los ejércitos imperiales de lo que hoy es Portugal, España y Gran Bretaña contra nuestros originarios .
Contra el más conocido y denunciado, perpetrado por el Imperio del Norte, el gobierno y las elites de los EEUU
que entre 1954 y 1980 arrasaron los gobiernos
civiles de Guatemala, Paraguay, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina de modo tal que para
1980 todo el Sur del continente tenía gobiernos militares al servicio del Pentágono, y
los pocos que no, como Venezuela,
eran gobiernos tan
cipayos como el de Videla, pero
de traje y corbata.
Los genocidios, como procesos de destrucción de la identidad de un grupo o nación entera, para suplantarla
con
una nueva identidad colonizada, vencida y
humillada, se pueden medir, se pueden cuantificar.
Entre 1954 y 1980 desaparecieron y/o directamente asesinaron a unas 350 mil hermanas y hermanos:
200 mil en
Guatemala, 100 mil en Colombia, 30 mil en Argentina y así de seguido.. Y varios Miles
de presos políticos.
Somos, sin duda, como pueblo de la Patria
Grande, el resultado de una violación
interminable.
Primero, los españoles y europeos,
luego los malditos ingleses que todavía nos
deben las Malvinas y desde el fin de la segunda guerra mundial, los yankees hijo de puta, si hijos de Puta que como sostenía el genial Roberto Fontanarrosa las malas
palabras tienen un por qué.
Hijos de puta por asesinos, torturadores, ladrones y corruptores.
Y lo puedo decir con un poema
de Humberto Costantini, uno de nuestros treintamil desaparecidos, militante y poeta
revolucionario: Entonces ya no se puede hablar así nomás, hay que matar la muerte
de algún modo, hay que pelear con rabia, destruirlos, salirles al
encuentro como sea y además decir,
decir hijos de
puta, decir marine yanqui
hijo de puta, decirlo y masticarlo y enseñarlo a los chicos como a un rezo.
Por
amor a la vida, simplemente, me parece.
Aunque
también hay que decir que los yankees son hijoeputa pero son inteligentes.
Cuando terminó el ciclo dictatorial, escribieron en sus cuadernos de estrategia
imperial:
podremos perder los poderes electivos
pero
nunca los no
electivos: las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia, el poder judicial, comunicacional y sobre todo el Poder Económico.
A cuarenta años de la democracia resultante del agotamiento
de las dictaduras y
el dominio colonial en casi todos los países, las elecciones siguen siendo el modo de
salvar el poder y ellos han aprendido.
Encerraron a Tupac Amarú y lo descuartizaron pero Tupac Amarú es como el
Che Guevara, no deja
de nacer.
Encerraron a Fidel Castro, a Hugo
Chávez, a Evo Morales, a doce mil
en la Argentina de Videla, a cinco mil en el Uruguay del Pepe Mugica pero no funcionaba, los
ex
presos políticos resultaban presidentes
Entonces para fines del siglo pasado, para comienzos del ciclo progresista
que recorrió casi todo el Sur Continental, dejaron de privilegiar la Escuela de las Américas donde enseñaban a torturar para privilegiar las escuelas de jueces, fiscales y policías.
Por allí pasaron los Moro y Bonadio que persiguieron implacablemente a Lula
y a
Cristina con el mismo libreto: son ladrones
que
se robaron todo.
La CIA y los think
tanks
del Imperio comprendieron
que
la estrategia de acusar de subversivos a toda disidencia no funcionaba
como era esperado, al menos a largo plazo.
Había que cambiar.
Había que construir un nuevo discurso justificador del colonialismo.
Era el Lawfare, la
acusación de
Corrupción, la formación de los operadores
judiciales
en nuevos paradigmas y nuevas prácticas
Necesitaban otra
clase de presos políticos y los construyeron:
los
presos acusados de robar, de fraguar, de blanquear dinero, de “robarse Todo”.
En la Argentina
la persecución política más brutal y obstinada, la de Cristina
Kirchner, la presa política más tiempo privada de su libertad, Milagro Sala que muestra la perfidia del gobierno de Macri y la impotencia o cobardía del gobierno del Frente de
Todos que prometió limpiar las cloacas de
la democracia y liberar
los presos políticos pera hoy terminar acosado por un Poder Judicial que como el fascismo se envalentona cuando no se lo enfrenta; y no solo en Argentina.
La supuesta moderación ha sido la madre de todas las derrotas del pasado y del
presente. Por eso estamos cómodos en Venezuela por que se los puede acusar de todo
a los chavistas menos de moderados, y está muy bien,
El Lawfare no solo nos pretende corruptos y ladrones, también pretende que la dictadora Añez y los terroristas cubanos y venezolanos sean los únicos presos políticos.
Los buscadores de internet
traen
a
cuento
de
la pregunta sobre
los
presos
políticos las listas que las ONG compradas por el Imperio han armado: según ellos son
1086 en Cuba, 314 en Venezuela, 46 en Nicaragua
y 187 en Bolivia. Solo nombraré
a una sola: la dictadora y asesina Añez, culpable de dos masacres es presentada
como perseguida política, igual que Camacho.
Desde la
Coordinadora Americana por los Derechos de los Pueblos nos rebelamos
ante tanta infamia y venimos a presentar el verdadero registro de presos políticos del Continente, comenzando por explicarles como construimos el concepto de preso político: lo principal
es el contexto político, la secuencia
de acciones políticas de uno y otro lado y no el acto en sí o la jerarquía.
Los militares venezolanos reduciendo la
invasión mercenaria de 2020, la Operación Gedeón, no violan ningún derecho sino que
ejercen el sagrado derecho a la defensa de la soberanía nacional; en cambio, los miles de bolsonaristas que intentaron
abortar el gobierno de Lula afectaron justamente el
derecho
a la auto determinación de los pueblos, el más sagrado de nuestros derechos.
Nosotros decimos: Preso político es toda persona privada de su libertad por luchar
contra la dominación colonial, las políticas de explotación y expoliación de los pueblos,
toda forma de discriminación,
estigmatización y criminalización de las formas de asociacionismo y resistencia; el modo de ejercer el sagrado derecho a la resistencia es de soberana decisión de cada
organización, grupo o colectivo popular. Esa lucha puede darse
desde el movimiento popular o desde funciones gubernamentales;
el carácter de preso
político no deviene del acto por el cual se lo persigue
y encierra sino por el contexto histórico: presos políticos son los que luchan contra el Imperio y sus políticas coloniales
quien lo coloca en el lugar de perseguido y/o preso político por tal razón, más allá de la
excusa discursiva o judicial Reconocemos el sagrado derecho de los pueblos a defender su derecho a la soberanía, autodeterminación y la elección de su destino histórico. En ello nos inspiramos en la tradición de Simón Bolívar y José de San Martín, de Tupa Amarú
y Tupac Katari, de Emiliano Zapata, Augusto
Sandino, Salvador Allende y el Che. El preso político puede tener,
o no, causa judicial y hasta sentencia firme, ya que el tradicional conservador, elitista, patriarcal, clasista, xenófobo,
arbitrario Poder Judicial ha sido
transformado por los EE.UU. en un arma de la lucha
política con máscara jurídica bajos
doctrinas tan cínicas como la del “derecho del enemigo” que niega derechos
a los que
luchan; por lo que denunciamos que esa causa judicial está originada o potenciada por la persecución
política, razón por la cual la libertad de nuestros compañeros
siempre será
producto de decisiones políticas conquistadas por la lucha a la cual nos debemos y convocamos. Por el contrario, aquellos que se prestan a maniobras golpistas, desestabilizadoras (desde las acciones inscriptas en la guerra
psicológica a las acciones terroristas directas) no merecen portar el honroso nombre de presos políticos ya que sus acciones tienden a liquidar conquistas políticas, económicas, sociales, culturales,
etc. y
generalmente se encuadran o
favorecen planes imperiales de colonización y sometimiento. En todo caso, también para ellos reclamamos el estricto cumplimiento de
los
procedimientos que garanticen los derechos humanos reconocidos
en Pactos y
Convenios Internacionales de las Naciones Unidas y otros ámbitos internacionales.
La diferencia
no es antojadiza: defendemos a quienes
bregan por defender,
ampliar o conquistar derechos para los pueblos y repudiamos a quienes buscan recortarlos o
anularlos. No es lo mismo
(EE.UU.) hay 129 presos políticos; para la Liga Mexicana por la defensa de los derechos humanos, 20 ; la Liga Boliviana por los Derechos Humanos celebra la detención de los
imputados de las masacres vividas bajo
el golpe de Estado de 2019, Yeanina Añez y Luis
Fernando Camacho; en Perú denunciamos la detención del ex presidente Pedro Castillo y otros
sesenta presos políticos;
según
la Agrupación de
Familiares de Ejecutados
Políticos y otros expertos en Chile hay unos cien personas privadas de libertad, algunos de larga data y otros resultados del conflicto del estado chileno con el pueblo mapuche y de las revueltas sociales de los últimos años; en Ecuador al menos hay cinco presos políticos, así como en Argentina son unos veinte; en Paraguay unos cincuenta, algunos resultado de las luchas campesinas y otros de la insurgencia rural; la cifra más alarmante viene de Colombia; allí presos políticos que integra el Movimiento Nacional Carcelario (MNC) Jamundí Valle del Cauca denuncian la permanencia de 237 presos desde 2021 y de al menos mil quinientos prisioneros del conflicto armado, que de ninguna manera finalizó con el acuerdo de Paz firmado en La Habana por la Comandancia de las Farc y el Gobierno de Colombia. Según estos datos que damos por validos según el procedimiento acordado, hay en el Continente 2171 presas y presos políticos de los cuales iremos sistematizando más y más información.
En ese universo de presos políticos, Alex Saab emerge como un caso singular pero
no
separado del resto. Singular porque es el único diplomático secuestrado y sometido
al brutal régimen penitenciario norteamericano diseñado para destruir la humanidad de los seres; pero no separado porque a Saab lo castigan por su
rol en la lucha contra el
bloqueo de Venezuela, como a Simón Trinidad por soñar con la Paz en Colombia
o a Milagro Sala con la Justicia social en Argentina,
Son presos por decisión del Imperio y solo la lucha popular los liberará. Una lucha en todos los terrenos incluido el espacio de la diplomacia y la lucha jurídica, pero no
solo ni principalmente.
El único lenguaje que entiende el Imperio es el de los pueblos en las calles y ese es el nuestro, el que podemos construir boca a boca, desde cada movimiento popular y fuerza política del continente, como nos enseñó Fidel con los
Cinco Patriotas y como aprendimos
de nuestras Madres de Plaza de Mayo que asumieron la estrategia de la locura de
nunca aceptar la correlación de fuerzas
ni transitar por caminos
pavimentados.
Al contrario, hacer
de
la voluntad colectiva nuestra arma más poderosa y asaltar una y otra vez
el cielo
de los hombres libres. Cada uno con su historia que yo me subo a la de mi General José de San Martín que en
la orden de batalla del 27 de julio de 1819 nos decía: “La guerra se la tenemos de hacer del modo que podamos; si no tenemos dinero; carne y un pedazo de tabaco no nos ha de
faltar; cuando
se
acaben los
vestuarios nos vestiremos con
la bayetita que nos trabajen nuestras mujeres y si no, andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios: seamos libres y lo demás no importa nada”
Ponencia en el Foro de Caracas, junio de 2023